Reduce la
velocidad. El exceso de velocidad disminuye el tiempo que tienes para
reaccionar e incrementa las probabilidades de sufrir un accidente.
Permanece en
tu carril. La "conducción preventiva" significa dejar que las otras
personas te sobrepasen y no defender tu posición en el tráfico.
Conduce con
ambas manos en el volante porque te permite tener un mayor control sobre el
automóvil en el caso de que ocurra una emergencia.
No sigas de
cerca al vehículo que está en frente de ti. No importa lo lento que vaya el
tráfico, mantén al menos 2 segundos de distancia entre tu automóvil y el
vehículo que está delante de ti. Si acortas la distancia, no podrás detenerte a
tiempo si su conductor frena repentinamente.
Usa las
señales apropiadamente, incluso si crees que no hay nadie cerca.
Mantén tus
ojos en movimiento. No te acostumbres a quedarte mirando la parte trasera del
automóvil que está delante de ti.
Siempre usa
el cinturón de seguridad. Es necesario, independiente del lugar en el que
estés, de tu tipo de automóvil o del lugar al que te dirijas.
No envíes
mensajes de texto ni hables por teléfono mientras conduces.
Nunca te
subas a un automóvil que conduzca una persona ebria. Tampoco conduzcas si tú bebiste
alcohol.
No conduzcas
si estás cansado(a), incluso si no es de noche, ya que tu velocidad de reacción
se ve disminuida.
Haz
revisiones mecánicas regulares. Al tener el auto en óptimas condiciones
disminuye el riesgo de tener un accidente.

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